sábado, 22 de octubre de 2011

Cuadernillo 2 (Epistemología)


Algunos pensadores sugieren que no es posible un conocimiento objetivo de la realidad.
Para Hanson, observar no es sólo registrar las imágenes del mundo exterior.
Quien observa esta interesado en algo, se está preguntando algo o se encuentra ante un problema que quiere resolver. Por eso, la observación no es pasiva, sino SELECTIVA.
La ciencia reconoce que hay factores subjetivos que intervienen en la observación.
Gastón Bachelard (1884 – 1962) OBSTACULO EPISTEMOLÓGICO.
En el acto de conocer aparecen entorpecimientos y confusiones. Bachelard los llama “obstáculos”.
Se trata de impedimentos que trataban el pensamiento del científico y la historia del espíritu científico. El obstáculo es siempre oscuro y polimorfo.
Para conocer científicamente es necesario destruir la opinión y pensar en términos abstractos. Todo conocimiento es respuesta a un problema; nada se da, en este ámbito, en forma espontánea sino que todo se construye. Todo conocimiento supone un proceso de abstracción.
El conocimiento empírico es un obstáculo para la ciencia, porque está cargado de valoraciones sensibles de las cuales no es fácil desprenderse. El conocimiento empírico conlleva una suerte de incapacidades para dejarse guiar por la abstracción.
La noción de obstáculo epistemológico opera como hilo conductor para la consideración de la historia de la ciencia a la Bachelard denomina formación del espíritu científico.
La creciente complejidad de las teorías científicas y la fragmentación de dominios de racionalidad tornan impensable el concepto de unidad.
Ciencia y pseudociencia.
En la actualidad, todo lo que es científico ocupa un lugar privilegiado.
La palabra pseudociencia es usada por algunos investigadores para nombrar a aquellas posturas que dicen ser científicas pero que no lo son.
Se trata de denunciar el uso inapropiado del término científico.
Lo que intentan quienes proponen esta separación entre la ciencia y la pseudociencia no es sólo llamar la atención sobre la falta de cuidado en nuestro lenguaje. Esta actitud es también una forma de cuidar el merecido prestigio alcanzado por la ciencia y de no permitir que ese prestigio sea utilizado para engañar a la gente, pues si cualquier teoría puede ser calificada de científica, entonces la auténtica ciencia pierde su lugar.
El problema de la demarcación.
En este intento por proponer un criterio que permita distinguir claramente entre lo científico y lo no científico, se ha destacado Karl Popper (1902 – 1994)
Popper se cuestionaba sobre la frontera entre la verdadera ciencia y la pseudociencia (ejemplo astrología)  y como discriminar entre una hipótesis científica y otra que no lo es y a esto se lo denominó PROBLEMA DE LA DEMARCACIÓN.
La frontera entre ciencia y pseudociencia no estaría dada por el recurso a la observación y a la experimentación. Existen otras disciplinas que también pueden hacer registros minuciosos de experiencias para confirmar sus afirmaciones y no por ello estaríamos dispuestos a llamarlas “científicas”
Pensar que lo que distingue a la ciencia es la búsqueda de datos a través de la observación y la experimentación puede llevar al investigador a elegir solo las observaciones favorables a su teoría. No es el recurso a la experiencia lo que define la ciencia. Popper propone otro criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia: el de falsabilidad. Significa que se puede indicar con precisión qué tendría que suceder para declararla falsa o refutada. No significa que la hipótesis deba ser falsa. La falsabilidad reside en la posibilidad de pensar en alguna situación o hecho que, si realmente se produjera, la falsaria o refutaría.
Una hipótesis es falsable cuando es posible formular al menos un enunciado incompatible con ella.
Que una hipótesis no sea falsable quiere decir que el mundo puede tener cualquier propiedad y contraponerse de cualquier manera sin entrar en conflicto con el enunciado.
La ciencia debe brindar información sobre los hechos. La ciencia es informática. Por eso, lo que dice la ciencia puede ser verdadero o falso.
Las teorías científicas corren el riesgo de ser falsadas y una teoría es falsada cuando se descubre un hecho que la desmiente.
Para Popper, cuanto más falsable es una teoría, más científica es. Y una teoría es más falsable que otra cuando es más precisa.
Las teorías científicas deben ser claras y precisas. Deben correr riesgos. Los científicos deben estar dispuestos a correr esos riesgos y a aceptar las refutaciones. La falta de claridad reduce el statuscientífico de la teoría. Si se establece una teoría tan poco clara que no se entiende que es lo que afirma, entonces cualquier observación puede ser compatible con la teoría.
 Para Popper también se debe tener en cuenta la actitud del científico cuando investiga.
En lugar de verificar una teoría, hay que hacer todo lo posible para falsarla; solo cuando una teoría resiste los esfuerzos que se realizan para falsarla, queda corroborado.
El procedimiento del científico debe ser crítico. Solo tiene carácter científico aquello que puede ser refutado.
No es posible saber con absoluta certeza si una afirmación universal es verdadera. Si es posible refutarla (probar que es falsa). Por esta razón, quien propone una hipótesis debe tratar de falsarla, de refutarla. Si no lo logra, la hipótesis queda “corroborada” y puede ser aceptada provisoriamente. La corroboración se logra cuando fracasan los intentos de refutación.
El científico debe formular sus hipótesis y formular al mismo tiempo en que situaciones de observación o de experimentación esas hipótesis deberían ser descartadas. Debe también aceptar la refutación de su teoría cuando aparece un elemento claramente contrario a la misma. Sin embargo, algunas teorías refutadas siguen siendo defendidas por sus partidarios. Para ello, recurren a justificaciones que reinterpretan los hechos para acomodarlos a la teoría. De este modo, salvan la teoría a costa de rebajar su status científico.
Popper valora las teorías no porque son verdaderas sino porque son científicas. No se pregunta si una teoría es verdadera, se pregunta si es refutable o falsable. Nunca podemos estar seguros de la verdad de una teoría. Por eso, una teoría científica es admitida cuando resiste la demostración de su falsedad.
Algunas críticas a la posición de Popper.
En general, se critica el hecho de que Popper no tiene en cuenta la ciencia “real”, que su propuesta vale para una ciencia “ficticia”, para una ciencia que no existe.
  • El criterio de Popper ignora la tenacidad de las teorías científicas.
  • Da ejemplos muy simples para explicar cuando un enunciado es científico, pero no toma en cuenta la complejidad de las teorías científicas. Si se atiende a esta complejidad, no es tan sencillo determinar si alguna teoría es falsable o no lo es.
  • La historia de la ciencia nos muestra que muchas teorías que resultaron exitosas, pasaron por situaciones difíciles al enfrentarse a hechos falsadores. Si se acepta la exigencia de Popper de que toda teoría falsada debe ser rechazada, entonces importantes teorías científicas no podrían ser desarrolladas.
  • Todo el conocimiento científico es una cadena interminable de conjeturas y refutaciones, es decir, que las verdades de la ciencia son siempre provisorias. Esta posición es criticada por quienes sostienen que la ciencia llega a adquisiciones definitivas.
  • Posturas como la de Popper han dado lugar a intentos de expulsar del ámbito de la ciencia a importantes disciplinas sociales o psicológicas. Es evidente que estas disciplinas no pueden lograr el grado de precisión y de falsabilidad que logran otras ciencias. Pero eso se debe fundamentalmente al objeto de estudio de cada una de ellas. El grado de falsabilidad depende, en buena medida, del tipo de realidad que se investiga.

K. Popper. La lógica de la investigación científica.
El hombre de ciencia propone enunciados y los contrasta paso a paso. Según Popper, la tarea de la lógica de la investigación científica es ofrecer un análisis lógico de tal modo de proceder: esto es, analizar el método de las ciencias empíricas.
El problema de la inducción.
Las ciencias empíricas pueden caracterizarse por el hecho de que emplean los llamados “métodos inductivos”: según esta tesis, la lógica de la investigación científica sería idéntica a la lógica inductiva, es decir al análisis lógico de tales métodos inductivos.
Es corriente llamar “inductiva” a una inferencia cuando pasa de enunciados singulares (descripciones de los resultados de observaciones o experimentos) a enunciados universales (hipótesis o teorías).
El problema de la inducción se refiere a si están justificadas las inferencias inductivas, o de bajo de que condiciones lo están.
El problema de la inducción puede formularse, como la cuestión sobre cómo establecer la verdad de los enunciados universales basados en la experiencia. Muchos creen que la verdad de estos enunciados se sabe por experiencia, sin embargo, es claro que en todo informe que se da cuenta de una experiencia no puede ser originalmente un enunciado universal, sino sólo un enunciado singular.
La teoría del método deductivo de contrastar, o la opinión deque una hipótesis  solo puede contrastarse empíricamente, y únicamente después de que ha sido formulada.
Eliminación del Psicologismo.
La cuestión de cómo se le ocurre una idea nueva a una persona carece de importancia para el análisis lógico del conocimiento científico.
Este se interesa por cuestiones de justificación y validez. Para que un enunciado pueda ser examinado lógicamente de esta forma tiene que habérsenos propuesto antes; alguien debe haberlo formulado y habérnoslo entregado para su examen lógico. En consecuencia, Popper distingue entre el proceso de concebir una idea nueva y los métodos y resultados de su examen lógico. En cuanto a la tarea de la lógica del conocimiento consiste pura y exclusivamente en la investigación de los métodos empleados en las contrataciones sistemáticas a que se debe someter toda idea nueva antes de que se la pueda sostener seriamente. Todo descubrimiento contiene un elemento irracional o una intuición creadora.
Contrastación deductiva de teóricas.
El método de contrastar críticamente las teorías y escogerlas, teniendo en cuenta los resultados obtenidos en su contraste, procede siempre del siguiente modo. Una vez presentada una idea nueva, aun no justificada en absoluto se extraen conclusiones de ella por medio de una deducción lógica de ciertos enunciados singulares que sean fácilmente contrastables o aplicables.
Si las conclusiones singulares resultan ser aceptables, o verificadas, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las contrastaciones. Pero si la decisión es negativa, o sea, si las conclusiones han sido falsadas, esta falsación revela que la teoría de la que se han deducido lógicamente también es falsa.
Conviene observar que una decisión positiva puede apoyar a la teoría examinada solo temporalmente, pues otras decisiones negativas subsiguientes pueden siempre derrocarla.
 El problema de la demarcación.
Al rechazar el método de la inducción, podría decirse, que privó a la ciencia empírica de lo que parece ser su característica más importante; esto quiere decir que hago desaparecer las barreras que separan la ciencia de la especulación metafísica. La respuesta de Popper a esta objeción es que la lógica inductiva no proporciona un rasgo discriminador apropiado del carácter empírico, no metafísico, de un sistema teórico; o que no proporciona un criterio de demarcación apropiado.
El problema de la demarcación al encontrar un criterio que nos permita distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los sistemas “metafísicos” por el otro.
La falsabilidad como criterio de demarcación.
En la opinión de Popper, no hay nada que pueda llamarse inducción. Así pues, las teorías no son nunca verificables empíricamente. Pero ciertamente, solo admite un sistema entre los científicos o empíricos si es susceptible de ser contrastado por la experiencia. Estas condiciones sugieren que el criterio de demarcación no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas.
Es posible deducir  de la verdad de enunciados singulares la falsedad de enunciados universales.
Lo que caracteriza al método empírico es su manera de exponer a falsación el sistema que ha de contrastarse de todos los modos imaginables. Su meta es elegir el sistema que comparativamente sea más apto, sometiendo a todos a la más áspera lucha por la supervivencia.
Objetividad científica y convicción subjetiva.
El empleo que Popper hace de los términos “objetivo” y “subjetivo” no es muy diferente al kantiano. Kant utiliza la palabra “objetivo” para indicar que el conocimiento científico ha de ser justificable, independientemente de los caprichos de nadie; una justificación es “objetiva” si en principio puede ser contrastada y comprendida por cualquier persona.
Popper dirá entonces, que “la “objetividad” de los enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden contrastarse intersubjetivamente
Popper no pide que sea preciso haber contrastado realmente todo enunciado científico antes de aceptarlo; solo requiere que casa uno de esos enunciados sea susceptible de contrastación. Se niega a admitir la tesis de que en la ciencia existan enunciados cuya verdad hayamos de aceptar resignadamente, por la simple razón de no parecer posible, por razones lógicas, someterlos a contraste.
Thomas Samuel Kuhn (1992 – 1996)
Se dedicó en un primer momento al estudio de la historia de la ciencia y fu a partir de ella de donde surgieron diversas cuestiones que muestran un contraste entre dos concepciones de la ciencia. Por un lado la ciencia entendida como una actividad completamente racional y controlada, y por otro lado, la ciencia entendida como una actividad concreta que se ha venido dando a lo largo de los siglos y que en cada época histórica presenta peculiaridades y características propias. Estos dos planteamientos pueden ser denominados “formalista” e “historicista”, respectivamente.
La ciencia se desarrolla siguiendo determinadas fases según el enfoque historicista de Kuhn:

  1. establecimiento de un paradigma.
  2. ciencia normal
  3. crisis
  4. revolución científica
  5. establecimiento de un nuevo paradigma.

En esta concepción la noción de “paradigma” resulta fundamental. Kuhn define paradigma de la siguiente manera: “considero a los paradigmas como realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”.
Los paradigmas son, por tanto, un marco o perspectiva bajo la cual se analizan los problemas y se Tarata de resolverlos.
Al proceso de investigación basado en un paradigma se le denomina “ciencia normal”, en palabras de Kuhn, significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica superior.”
Esta fase del desarrollo de la ciencia ocupa la mayor parte del tiempo de los científicos, la mayor parte de ellos realizan trabajos rutinarios de comprobación para mostrar o poner a prueba la solidez del paradigma en el que se basan.
En ocasiones, un paradigma no es capaz de resolver todos los problemas. En ese caso el paradigma en conjunto comienza a ponerse en cuestión y los científicos comienzan a considerar si supone el marco más adecuado o la forma más correcta de abordar los problemas o si debe ser abandonado. La crisis supone la proliferación de nuevos paradigmas, en principio con vistas a resolver la o las cuestiones más problemáticas. Estos nuevos paradigmas compiten entre sí y cada uno trata de imponerse como el enfoque más adecuado.
Finalmente se produce una revolución científica cuando uno de los nuevos paradigmas sustituye al tradicional.
“las revoluciones científicas se consideran aquí como aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible”.
Tras la revolución el ciclo comienza de nuevo y el paradigma que ha sido instaurado da pie a un nuevo proceso de ciencia normal.
Kuhn muestra que la ciencia no es solamente un contraste y neutral entre las teorías y la realidad, sino que hay dialogo, debate, y también tensiones y luchas entre los defensores de los distintos paradigmas. Los científicos no son seres absolutamente racionales.
Otro argumento adicional en contra de la concepción de la ciencia como un proceso perfectamente racional en el que solo tienen importancia la fuerza de los argumentos es el hecho de que desde un paradigma resulta difícil entender el punto de vista alternativo, ya que siempre se parte de algún paradigma determinado. No existe forma de alejarse de todos los paradigmas  y compararlos de forma objetiva, sino que siempre estamos inmersos en uno de ellos y conforme al mismo interpretamos el mundo que nos rodea.
El progreso, estrictamente hablando, sólo se produce en las fases de ciencia normal, pero no se puede hablar de un progreso continuado desde la época de los griegos hasta la actualidad, porque las revoluciones científicas no son sino rupturas de esa continuidad.
Thomas Kuhn. La estructura de las revoluciones científicas.
La ciencia normal es la investigación que está firmemente basada sobre algún o algunos logros científicos pasados (paradigmas) los cuales reconoce por algún tiempo una comunidad científica particular como el fundamento para seguir con su actividad. Su realización fue lo suficientemente novedosa como para atraer a un grupo duradero de adherentes y alejarlos de otros modos de hacer ciencia. Fueron lo suficientemente amplios como para dejar abiertos una serie de problemas a la resolución del grupo redefinido de practicantes.
Los paradigmas son novedosos, generan adhesión, superan a sus competidores, son amplios y permiten la resolución de problemas. Son compartidos por una comunidad científica, y ellos se preparan dentro de un paradigma desde su formación universitaria fin de garantizar consenso y compromiso. Incluye reglas y normas de la práctica científica. El paradigma es prerrequisito de la ciencia normal.
La historia nos enseña sobre el proceder y las dificultades de la ciencia. La ausencia de paradigma hace de la tarea científica una actividad azarosa y una mera recopilación de datos. Es una etapa precientífica (ausencia de paradigma). En esta primera etapa del desarrollo de cualquier ciencia los diferentes hombres que hacen frente al mismo campo de fenómenos, aunque por lo general no los mismos fenómenos particulares, los describen e interpretan de distinta manera.
El triunfo de alguna escuela paradigmática, debido a sus propias creencias y preconcepciones características, va a enfatizar sólo alguna parte especial del vasto campo primitivo de información. Para ser aceptada como paradigma, una teoría debe ser mejor que sus competidoras por adhesión de la comunidad, pero no necesita, y de hecho nunca lo logra, explicar todos los hechos a los cuales se enfrenta. Así se llega a la etapa científica.
Cuando el científico individual puede dar por sentado un paradigma, ya no necesita en sus obras mayores, intentar construir de nuevo su campo, empezando desde los primeros principios y justificando el uso de cada concepto.
La ciencia normal no se dirige a la búsqueda de novedad, ni a la formación de nuevas teorías, sino a la articulación de fenómenos y teorías que ya son proporcionadas por el paradigma. En la etapa de ciencia normal los científicos se dirigen a la resolución de problemas dentro de un paradigma. Esto posibilita que los científicos trabajen en detalle dentro de un pequeño campo de problemas, tratando de aportar pruebas al paradigma.
La etapa de ciencia normal es una etapa de resolución de problemas o acertijos instrumentales, conceptuales y matemáticos dentro de un paradigma.
Un descubrimiento científico comienza cuando aparece una anomalía. Continúa después con una exploración más o menos extendida del área de la anomalía. Y se cierra solamente cuando la teoría del paradigma se ha ajustado de manera tal que pueda esperarse la anomalía. Para Kuhn una anomalía es un problema que no puede se respondido con el paradigma.
Las primeras anomalías son resistidas por los científicos quienes tratan de superarlas dentro del paradigma. La persistencia de las anomalías pone en crisis el paradigma.
Para que se produzca un cambio de paradigmas es necesario que el paradigma entre en crisis, que pierda adhesión de la comunidad científica ante los fracasos por resolver las anomalías. La crisis del paradigma es el principio de la búsqueda de un nuevo paradigma.
El reemplazo del paradigma solo se da cuando aparece otro que triunfa logrando adhesión de la comunidad científica.
No todas las anomalías provocan una crisis del paradigma. Las anomalías se convierten en una fuente de crisis, cuando ponen en duda generalizaciones explícitas y fundamentales de un paradigma.
Al principio se intentará por todos los medios resolver dentro del paradigma vigente en una etapa de ciencia normal las anomalías, pero al aumentar la resistencia de estas los científicos empezaran a dudar del paradigma. El paradigma se debilitará al perder capacidad explicativa y predictiva. Cae así la adhesión de la comunidad científica al paradigma. Resumiendo, las anomalías ponen en crisis al paradigma e inician una etapa de ciencia extraordinaria.
La crisis de la ciencia normal comienza con la crisis del paradigma. En esta etapa comienzan a pugnar alternativas que pretenden reemplazar al paradigma en crisis. Esta etapa se asemeja a la etapa precientífica.
El paso de un paradigma a otro da comienzo a una nueva etapa de ciencia normal. EL CAMBIO NO SE PRODUCE POR ACUMULACIÓN SINO POR REVOLUCIÓN, ya que supone un cambio profundo de los fundamentos, los métodos, etc.
Los paradigmas son inconmensurables, esto quiere decir que no pueden compararse entre si, ni puede establecerse cual de ellos es mejor pues cada uno evalúa desde su propio paradigma. El argumento se vuelve circular.
Los paradigmas son incompatibles e inconmensurables entre si por ser irreconciliables, que quiere decir que difieren en cuestiones fundamentales.
La elección y adhesión de un nuevo paradigma es un acto de fe, en el cual los científicos confían que el nuevo paradigma triunfará ante los grandes problemas que deberá enfrentarse.
A propósito del concepto de paradigma. Chalmers, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?
“una ciencia madura está regida por un solo paradigma. El paradigma establece las normas necesarias para legitimar el trabajo dentro de la ciencia que rige. Coordina y dirige la actividad de “resolver problemas” que efectúan los científicos normales que trabajan dentro de él. La característica que distingue a la ciencia de la no ciencia es, según Kuhn, la existencia de un paradigma capaz de apoyar una tradición de ciencia normal.
Componentes del paradigma kuhniano.
Entre algunos componentes típicos que constituyen un paradigma se encontrarán las leyes explícitamente establecidas y los supuestos teóricos, comparables al núcleo central de un programa de investigaciones lakatosiano. Se incluirá en el paradigma el instrumental y las técnicas instrumentales necesarios para hacer que las leyes del paradigma se refieran al mundo real. Un componente adicional de los paradigmas lo constituyen algunos principios metafísicos muy generales, que guían el trabajo dentro del paradigma. Por último, todos los paradigmas contendrán algunas prescripciones metodológicas muy generales.
Ciencia normal y paradigma.
La ciencia normal conlleva intentos detallados de articular un paradigma con el propósito de compaginarlo mejor con la naturaleza. Un paradigma siempre será lo suficientemente impreciso y abierto como para permitir que se hagan este “tipo de cosas”.
La ciencia normal debe presuponer que un paradigma proporciona los medios adecuados para resolver los problemas que en él se plantean. Se considera que un fracaso en la resolución de un problema es un fracaso del científico, más que una insuficiencia del paradigma. Los problemas que se resisten a ser solucionados son considerados como “anomalías” y rechaza todas las corrientes del falsacionismo.
Un científico normal no debe criticar el paradigma en el que trabaja. Lo que distingue a la ciencia normal, madura de la actividad relativamente desorganizada de la presciencia inmadura es la falta de desacuerdo en lo fundamental. Según Kuhn, la presciencia se caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de lo fundamental. Según Kuhn, la presencia se caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de lo fundamental, de manera que es imposible abordar el trabajo detallado, esotérico. Habrá casi tantas teorías como trabajadores haya en el campo y cada teórico se verá obligado a comenzar de nuevo y a justificar su propio enfoque.
Roberto Follari. Sobre el sujeto y el surgimiento de las ciencias sociales.
Las ciencias hoy existentes pueden clasificarse en formales y fácticas. Las primeras son  sólo la lógica y la matemática, que no remiten a ningún objeto directo de la realidad, sino a los mecanismos formales con que las comprendemos. Las demás son “fácticas”, es decir, relativas a hechos.
Dentro de las ciencias fácticas, se distinguen las físico-naturales (física, química, biología, astronomías, geología, etc.) y las sociales (historia, sociología, economía, antropología, etc.). En otra época eran denominadas “ciencias humanas” y “ciencias del espíritu”.
El surgimiento de las ciencias con las características que hoy conocemos se dio desde hace tres siglos con la “revolución copernicana”.
Las ciencias primeras fueron de orden físico-natural, que con el tiempo se convirtió en ciencia tipo o ejemplar, a través de la teoría de Newton, que estableció y explico la gravitación universal esta disciplina ofreció el modelo de explicación causal-determinístico, ligado a la existencia de leyes sobre hechos repetibles: siempre que se dan las mismas condiciones, se producirán los mismos resultados.  
Estas ciencias se fueron consolidando de modo que cuando surgieron las sociales ya tenían una fuerte aceptación y tradición conformada. Ello implicaba mucha presión para que las ciencias sociales siguieran el modelo de las físico-naturales.
Uno de los supuestos difundidos es que las ciencias físico-naturales, serían “exactas”. En rigor de verdad, ninguna medición puede ser absolutamente exacta, porque siempre podrían aparecer instrumentos más precisos que los actuales. Otra idea es que las ciencias físico-naturales serían totalmente “objetivas”, porque en ellas los distintos científicos suelen estar de acuerdo en las interpretaciones. También hay quien cree que las ciencias físico-naturales son totalmente “comprobadas”, Popper demostró que no pueden ser totalmente comprobadas ya que siempre puede haber un nuevo dato que rectifique o refute las teorías anteriores.
Se advierte que si las ciencias sociales no son exactas, si hay en ellas puntos de vista teóricos diversos, o si no están taxativamente comprobadas, todo esto afecta también a las ciencias físico-naturales.
La dificultad atinente a las ciencias sociales, es en cuanto al objeto de análisis que es el mismo que el sujeto que analiza. Todas las ciencias son una construcción social, un producto de la acción social.
Existe otra característica importante de las ciencias sociales y es la capacidad de influir en los comportamientos de los actores sociales.
La tradición filosófica.
A comienzos del siglo XIX vivió en Alemania, George Hegel, idealista que proponía que el mundo era primeramente racionalidad, que luego se “externaba” como realidad material. Propuso una “filosofía de la historia” anterior a la ciencia social, interpretaba la historia de la Humanidad como una serie de pasos racionales que habían sucedido necesariamente.
De allí surge la teoría de Marx, quien decidió “invertir” a Hegel, y proponer que era lo material/social lo que estaba primero, y la conciencia social su consecuencia. Marx también concibió a la historia como pasos graduales hacia estadios mayores de libertad y racionalidad: pero incluyó en su análisis instrumentos de economía y construyó categorías de orden científico-social. Su teoría buscaba ser “ciencia crítica” y por tanto se planteaba conceptualizar los intereses de los trabajadores industriales contra los capitalistas. Para él no habría ciencias sociales en plural, porque al dividirse estas entre sí, impedirían captar el funcionamiento orgánico de la sociedad como un todo donde sus partes estas mutuamente imbricadas.
W. Dilthey advirtió que los comportamientos humanos no serían causalmente determinados, ya que a un mismo estímulo, podemos responder cada uno de manera diferente, y aún la misma persona diferencialmente según cada momento. Dilthey planteó la idea de “comprensión” como alternativa a la “explicación” propia de las ciencias físico-naturales. Se trataría entonces de interpretar que pasó por la mente del que lo realizó y obró como motivo conciente que lo llevó a realizarlo. Había que “ponerse en el lugar” de quien realizó una acción para buscar el sentido de esta, el cual por supuesto es propio sólo de ese sujeto y no de todos, y no resulta perceptible para un observador externo.
Emilio Durkheim (1900 Francia) su obra convenció mayoritariamente a las comunidades científicas de la época que la sociología podía ser ciencia. “hay que tratar los hechos sociales como cosas”. Advirtió “regularidades”, asumió los datos estadísticos relativos a conjuntos sociales. Escandalizó a los convencionalismos de su época diciendo que los hombres sufrían “coacción”, es decir, que lo que ellos creían un acto libre, era el fruto del condicionamiento social. Pensamos y hacemos según corresponde al estamento social al que pertenecemos. Esta idea resultó central para que la ciencia social fuera factible, y establece la posibilidad de estudiar causas que resulten ajenas a la percepción del sujeto que actúa.
Demostró que tras el “actor social” hay una estructura objetiva que explica como y porqué actúa.
Hasta nuestros días, los estudios sociales se dividen entre los que enfatizan la estructura y los que privilegian la acción. Los primeros suelen ocuparse más de cuestiones globales de la sociedad, los segundos explican básicamente las acciones de cada uno de los sujetos.
En las primeras de estas tendencias, un movimiento decisivo fue el del estructuralismo francés de los años sesentas de nuestro siglo. Tomaron un modelo de la lingüística que pasó a ser desde entonces una ciencia central. Autores como Levi-Strauss y Roland Barthes interpretaban al sujeto humano como conformado totalmente desde fuera, por el lenguaje o por el inconciente. Esto hacia que el sujeto humano siempre fuera un portador de condiciones para el mismo desconocidas.
La ideología de la ciencia.
La ciencia social se produjo con el sentido común y la filosofía. Es una ilusión creer que se puede desterrar una ideología de las ciencias sociales en términos totales. Las teorías científicas resultan una interpretación de lo social.
Y la interpretación no puede dejar de tener algún viso de valoración.
Es útil que los presupuestos ideológicos que incluyen las teorías en ciencias sociales estén explicitados.
La imposibilidad de “objetividad” pura, los disímiles criterios para establecer los períodos, la imposibilidad de reconstruir desde el hoy el clima cultural de la época que se pretende explicar, etc. La Historia muestra cómo la ciencia no es una simple “copia” de la realidad, sino un recorte selectivo de esta.
Filosofía de las ciencias humanas y sociales.
La aparición expresa, manifiesta de estas disciplinas (historia, psicología, sociología, economía, derecho pedagogía, etc.) aconteció en el siglo XIX. Es decir, en el momento histórico en que se hizo evidente que la sociedad, la vida de los hombres en ella con sus múltiples relaciones, no era ni algo claro, ni dado de una vez por todas. Desde este momento de crisis, el pensamiento y la reflexión pugnaron por encontrar estabilidad.
Algunos exigían que las “nuevas” ciencias se acomodaran al paradigma o modelo de las ciencias “verdaderas”, es decir, de las físico-naturales y otros defendían la autonomía de las nacientes ciencias.
La primera polémica se produce en el siglo XIX entre el positivismo decimonónico y la hermenéutica.
El hombre fue desafiado a la altura de fines del siglo XVIII. Tuvo lugar la revolución francesa. Hasta entonces, la sociedad no constituía un problema para la conciencia, su relativa coincidencia con ella. Pero desde el momento en que la sociedad europea hace crisis, se convirtió en un problema para sí misma a nivel de la práctica y se hizo evidente la ignorancia teórica. De esta manera quedaba expedito el camino para la aparición de las ciencias del hombre y, en particular, de las que conciernen a la sociedad.
En esta circunstancia, diría Von Wright, “resultó natural que una de las principales cuestiones de la metodología y filosofía de la ciencia del siglo XIX fuera la concerniente a la relación entre dos importantes ramas de la investigación empírica.
Filosofía de la ciencia del positivismo decimonónico. Mardones.
Representada típicamente por Comte y Stuart Mill.
Rasgos característicos.
  • Monismo metodológico. Sólo se puede entender de una única forma aquello que se considere como una auténtica explicación científica. 
  • El modelo o canon de las ciencias naturales. Para Comte, el método positivo, tenía un canon o ideal metodológico frente al que se confrontaban el grado de desarrollo y perfección de todas las demás ciencias. Lo constituía la ciencia físico-natural. Por él vendría medida la cientificidad de las nacientes ciencias del hombre. 
  • La explicación causal como característica de la explicación científica. La ciencia responde a la cuestión acerca de las causas o motivos fundamentales. Las explicaciones científicas son causalistas. Si nos remitimos a Comte y Mill, tal explicación de carácter causal viene expresada también e la búsqueda de leyes generales hipotéticas de la naturaleza que subsuman los casos o hechos individuales. 
  • El interés dominador del conocimiento positivista. El control y dominio de la naturaleza lo constituye el objetivo de dicho interés. La amenaza que le ronda es cosificar, reducir a objeto todo, hasta el hombre mismo.
    Cuando la razón se unilateraliza hacia este lado y absolutiza sus posiciones, estamos ante la razón instrumental. 
Este positivismo científico va a pretender hacer ciencia social, histórica, económica, siguiendo la física matemática, acentuando la relevancia de las leyes generales para la explicación científica y tratando de subsumir bajo el mismo y único método a todo saber con pretensiones científicas.
Frente a esta filosofía se fue fraguando una tendencia antipositivista.
La hermenéutica.
Entre las figuras representativas se encuentran filósofos, historiadores y científicos sociales alemanes como Droysen, Dilthey, Simmel y Max Weber, con los neokantianos.
El rechazo a las pretensiones del positivismo sería el primer elemento común. Rechazo al monismo metodológico del positivismo, a la física-matemática como canon ideal regulador de roda explicación científica; rechazo del afán predicativo y causalista y de la reducción de la razón a razón instrumental.
El descubrimiento de los hermeneutas, es que “la manifestación de lo singular es comprendida como una manifestación o expresión de lo interior en cuanto se retrocede a lo interno”.
Para Droysen el ser humano expresa su interioridad mediante manifestaciones sensibles refleja una interioridad. Fue el primero que utilizó la distinción entre explicación y comprensión. Desde entonces el término comprender, viene a representar una concepción metodológica propia de las ciencias humanas.
Para Simmel la comprensión tiene una resonancia psicológica, es una forma de empatía o identificación afectivo-mental que reactualiza la atmósfera espiritual, sentimientos, motivos, valores, pensamientos, de sus objetos de estudio.
Se da por lo tanto una unidad sujeto-objeto que permite la comprensión desde dentro de los fenómenos históricos sociales, humanos.
La comprensión se funda para Dilthey en esa identidad sujeto-objeto propio de las ciencias del espíritu.
Las ciencias del espíritu, pretenden comprender hechos particulares mientras que las ciencias naturales tratan de formular leyes generales. Windelband calificó de nomotéticas las ciencias que persiguen leyes, e ideográficas las dedicadas a la comprensión de las peculiaridades individuales y únicas de sus objetos.
Weber, siguiendo a Rickert, va a insistir en la comprensión como el método característico de las ciencias, cuyos objetos presentan una relación de valor.
Dilthey insiste en que la comprensión no es solo un conocimiento psicológico, sino la comprensión del “espíritu objetivo” (Hegel), en cuanto a la objetivación sensible, histórica en realizaciones culturales, del espíritu o vida humana. Dirá que “el espíritu puede comprender lo que ha hecho”.

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