sábado, 22 de octubre de 2011

Cuadernillo 1 (Epistemología)


Carpio.
La palabra saber equivale a todo tipo de conocimiento y se opone a ignorancia. Hay diversos tipos de saberes que se reducen a dos: el vulgar y el crítico.
El saber vulgar es:
  • Espontáneo: se va acumulando sin que nos propongamos adquirirlo, es el saber que proviene de nuestro contacto con las cosas o personas, se logra con la experiencia diaria.
  • Socialmente determinado: es dominado por la realidad y las leyes que en ella rigen. Se habla de “sentido común”; el común denominador de los conocimientos, valoraciones y costumbres propias de una sociedad determinada.
  • Subjetivo: está traspasado por factores emocionales, que por lo general impiden que veamos las cosas tal como son. Está determinado por la vida emocional del sujeto, por eso, este saber diferirá, de persona a persona, país a país, cultura a cultura, sin posibilidad de acuerdo, a no ser por azar.
  • Asistemático: se construye sin más orden que el azar y se va acumulando. Este desorden hace que este lleno de contradicciones, que no lo afecta porque lo que en el predomina son los factores emocionales y no la lógica.
El saber crítico, equivale a examen, análisis de algo y luego como resultado de ese análisis, “valoración” de lo analizado, que puede ser positivo o negativo.
El saber crítico es:
  • Metódico: en el domina el esfuerzo para colocarse en la actitud crítica. Es característica del saber crítico estar precedido por un método, por un procedimiento, convenientemente elaborado,  para llegar al conocimiento.
  • Fundamentado: solo puede admitir algo cuando está fundamentado, esto es, que se expongan los fundamentos o razones de cada afirmación.
  • Sistemáticos: en este saber predomina la ordenación, la organización y su articulación resulta de relaciones estrictamente lógicas. Esta organización lógica hace que el saber crítico no pueda soportar contradicciones.
  • Pretende ser objetivo: el saber crítico opera de manera de evitar la intromisión de todo factor subjetivo, en este saber domina la exigencia teórica y aspira a ser universalmente válido y lograr la mayor rigurosa objetividad, porque lo que busca es saber como son las cosas realmente, no como nos parece que son.
El saber vulgar, está presente en todas las circunstancias de nuestra existencia, el saber crítico se da solo en ciertos momentos de nuestra vida, y solo en aquellas personas que se dedican a la actividad crítica, solo en el momento en el que se dedican a esta actividad, porque en la vida diaria se comportan espontáneamente como los demás.
Dentro del saber crítico se distingue la ciencia y la filosofía. Hay tres tipos de ciencias: las formales, como las matemáticas y la lógica y las fácticas o ciencias de la realidad que a su vez se dividen en ciencias naturales que pueden ser descriptivas o explicativas y ciencias del espíritu.
El saber crítico abarca tanto la ciencia como la filosofía.
La crítica de la actitud científica siempre tiene su alcance limitado, ello es en dos sentidos. Por un lado, porque la ciencia siempre es, ciencia particular, se ocupa solo de un sector determinado de entes, de una zona de entes bien limitada y en este terreno no acepta nada porque si, dado a que no se ocupa de la totalidad, no puede cuestionarse todo y por lo tanto siempre tendrá que partir y apoyarse en supuestos:LA CIENCIA ES UN SABER CON SUPUESTOS QUE SIMPLEMENTE ADMITE.
El término supuesto es un compuesto del prefijo “sub.” que significa “debajo” y del participio “puesto”, de manera que supuesto quiere decir “lo que esta puesto debajo” de algo, como constituyendo un soporte o una base. El hombre de ciencia siempre parte del supuesto de que HAY ENTES, no lo discute, ni lo investiga, lo admite simplemente, porque sus investigaciones comienzan a partir de ellos.
La filosofía en cambio, observará que respecto a la realidad del mundo exterior pueden plantearse dificultades muy graves. El filósofo no partirá de un supuesto como el científico, sino que comenzará cuestionando este supuesto, y preguntará ¿Por qué hay ente y no más bien nada?
Cuando se dice que la ciencia parte de un supuesto no hay que tomarlo como un defecto, sino como una característica esencial suya y su máxima virtud, porque gracias a ella puede conocer todo lo que conoce y fundamentar las “técnicas” que utiliza.

Principios de filosofía.
El Racionalismo propuesto por Descartes en el siglo XII, sostiene que puede conocerse con ayuda de la propia razón. Los juicios del racionalismo son “universales” y “necesarios”, es decir que valen para todos y que no pueden ser de otra manera. Un saber que merezca el nombre de conocimiento, dice el racionalismo, tiene que ser universal y necesario.
La experiencia no proporciona ningún conocimiento de este tipo, lo que ella enseña es contingente yparticular.
Para el Racionalismo, el conocimiento empírico no es verdadero conocimiento. El único conocimiento propiamente dicho es el que proviene de la razón por si sola. Y esta razón tiene la capacidad de alcanzar la realidad, y permite conocer las cosas tal como son en sí, la verdadera y última realidad.
El Empirismo (S XVIII), sostiene en cambio lo contrario: el único conocimiento legítimo, y el fundamento en general de todo conocimiento, es la experiencia, vale decir, los datos que proporcionan los sentidos.
Hume (1711 – 1776) admite hasta cierto punto el valor de la razón, pero enseña que los conocimientos que ella suministra son simplemente análisis de nuestras ideas; se refiere a las relaciones entre ideas que nosotros mismos hemos formado de manera arbitraria.  Según el Empirismo no pueden conocerse absolutamente las cosas en sí, sino solo los fenómenos que se dan en las experiencias. Por tanto Hume es desde el punto de vista meta – físico, un escéptico. La única forma de conocer “realidades” o hechos, es mediante la experiencia.
Empirismo y Racionalismo tienen una coincidencia en la cual va a incidir Kant (1724 – 1804), quien se orientó hacia una zona más fundamental que aquella sobre la que se movía la oposición racionalismo – empirismo.
En efecto, coinciden en ser parte del Realismo, designa la teoría que sostiene que en el acto de conocer lo determinante es el objeto, que cuando se conoce quien tiene la primer y última palabra es la cosa misma.
El conocimiento se concibe como una actitud fundamentalmente pasiva: el sujeto no es más que una especie de pizarra donde se inscribe el mensaje que las cosas envían.
El conocer es una actividad de pura contemplación, teorética. Por ello Racionalismo y Empirismo definen la noción de verdad diciendo que un conocimiento es verdadero cuando coincide con el objeto conocido, con la cosa a que se refiere.
Copérnico produce una revolución en la visión del universo, su teoría heliocéntrica reemplaza a la cosmovisión geocéntrica del universo.
Kant produce una revolución, pero en el campo del conocimiento, sostiene que conocer es ante todo trazar el horizonte dentro del cual los objetos son objetos, vale decir construir el ámbito de la objetividad, es también elaborar las cosas para que estén en condiciones de construir objetos.
Con Kant el conocimiento deja de ser pura teoría, y comienza a ser una operación  transformadora que el sujeto cumple: conocer quiere decir elaborar el objeto. Y los discípulos de Kant terminarán sosteniendo que conocer significa directamente crear el objeto de conocimiento, más aún, la realidad.
El conocimiento envuelve dos factores:
  1. la estructura de nuestra razón, que es independiente de la experiencia, pero que para poder funcionar en ese tipo de conocimiento  que coincide en modelar los objetos requiere 2. un material modelable, que serían las impresiones.
La razón está constituida por el espacio y el tiempo (formas puras de la sensibilidad o intuiciones puras) y por otro lado por categorías, o conceptos puros del entendimiento. Estos son INSTRUMENTOS o MOLDESmediante los cuales el sujeto elabora el mundo de los objetos y, el material al que se aplica esos moldes son las IMPRESIONES o SENSACIONES.
Según Kant, si se intentase conocer valiéndose solamente de la razón, es decir de las formas a priori del sujeto, no se tendría sino formas enteramente vacías y por tanto no se conocería ningún objeto. Es preciso, pues, que esas formas o moldes tengan un material al cual aplicarse, pero ocurre que ese material no puede provenir sino solo de las experiencias, de las sensaciones, y Kant dirá que no es posible ningún conocimiento sino es dentro de las condiciones de la experiencia. Pero a la vez señala que con puras impresiones (empirismo) tampoco se puede conocer, porque las puras impresiones, sin ninguna forma, no serían sino un caos, un material en bruto, una RAPSODIA de sensaciones sin orden ni concierto.
Para que haya conocimiento es preciso que esas impresiones estén ordenadas, jerarquizadas, conformadas, “racionalizadas” y esto proviene del sujeto cognoscente mismo.
CONOCER NO ES MERA RECEPCIÓN, SINO TAMBIÉN ELABORACIÓN DEL OBJETO.
Para Kant LO DETERMINANTE EN EL ACTO DE CONOCER no es tanto el objeto cuanto más bien EL SUJETO. Esta teoría se denomina IdealismoKant realiza una revolución copernicana porque enfoca la cuestión del conocimiento al revés de cómo se la enfocaba hasta ese momento.

Sabino.
Conocimiento científico.
Podemos vislumbrar que existe un problema al rededor de lo que es el conocer, el saber algo de los objetos que nos rodean y acerca de nosotros mismo. Este problema radica fundamentalmente en que los seres humanos necesitan para desarrollar su vida y responder a sus inquietudes, de un conjunto amplio de conocimientos pero, por otra parte, la verdad no se muestra directamente y llanamente a nuestra percepción, debe ser buscada, encontrada por medio de un interrogatorio, que tiene como referencia los mismo objetos de los que intentábamos conocer algo. Surge entonces una primera distinción; no debemos confundir una afirmación respecto a un hecho o a un objeto, con el proceso mediante el cual se ha obtenido el conocimiento cuyo resultado es una afirmación.
El conocer surgió indisolublemente ligado a la práctica vital y al trabajo de los hombres como un instrumento insustituible en ese mismo proceso de trabajo pero, según las más antiguas narraciones, el pensamiento de esas lejanas épocas no se circunscribió exclusivamente al conocimiento instrumental, aplicable directamente al mejoramiento de las condiciones materiales. Junto con éste aparecieron simultáneamente las preocupaciones por comprender el sentido general del cosmos y de la vida, la toma de conciencia del hombre frente a su propia muerte supone la adopción de una actitud que lleva el sello de la angustia frente al propio destino, a lo desconocido que no se puede abarcar y entender.
El conocimiento, es más que un proceso, no un acto único o algo que se alcanza bruscamente y de una vez; y es un proceso no solo desde el punto de vista histórico sino también lo es en lo que respecta a cada caso particular, a cada teoría o hipótesis que se elabora.
Hay diversas aproximaciones igualmente legítimas hacia un mismo objeto. El conocimiento científico es uno de los modos de conocimiento humano, pero no el único.
La ciencia debe ser vista como un conjunto de acciones encaminadas y dirigidas a un determinado fin, que es obtener un conocimiento verificable sobre los hechos que nos rodean.
Es una actividad social, no solamente individual y tiene un carácter histórico.
El conocimiento científico posee:
  • Rigurosidad: trata de definir con mayor precisión posible cada uno de los conceptos que utiliza, sin dejar lugar a duda, desterrando las ambigüedades del lenguaje cotidiano.
  • Objetividad: intenta obtener un conocimiento que concuerde con la realidad del objeto, que lo describa o explique tal cual es. Para poder luchar con la subjetividad es preciso que nuestros conocimientos puedan ser verificables por otros, que cada una de las proposiciones que se hacen sea comprobadas y demostradas en la realidad sin dar por aceptado nada que no pueda sufrir este proceso de verificación. En todas nuestras apreciaciones va a existir siempre una carga de subjetividad que heredamos de nuestra cultura.
    No podemos decir que la ciencia es objetiva, sino que intenta, ser objetiva, tratando de alcanzar, un fin que, en plenitud es inaccesible.
  • Racionalidad: la ciencia utiliza la razón como arma para llegar a sus resultados. Por eso los científicos trabajan con conceptos, juicios y razonamientos.
  • Sistematicidad: se preocupa por crear sistemas de ideas organizadas racionalmente y de incluir todo conocimiento parcial en totalidades cada vez más amplias.
  • Generalidad: la ciencia se interesa por lograr que cada conocimiento parcial sirva como puente para alcanzar lo general y no detenerse en lo particular exclusivamente.
  • Falibilidad: la ciencia es un sistema elaborado por el hombre, en donde el mismo reconoce su capacidad de equivocarse. Se plantea que sus conclusiones son provisoriamente definitivas, validas mientras no puedan ser negadas o desmentidas. En consecuencia, toda teoría esta sujeta a la revisión, lo que permite perfeccionarla y modificarla para hacerla cada vez más objetiva, racionales, sistemáticas y generales.

Clasificación de las ciencias.
Ciencias formales: se ocupan de objetos ideales, en las que se opera deductivamente. Ejemplo: matemática, lógica.
Ciencias fácticas: se ocupan de los hechos del mundo físico que nos rodea, se incluyen entre ellas, física, química, biología, etc. También las que tratan de los seres humanos, sus conductas, sus creencias, como la psicología, historia, economía, sociología, etc.
Ciencias humanas o de la cultura: cuando se estudian las manifestaciones culturales o sociales.
Ciencias puras: se propone conocer las leyes generales de los fenómenos estudiados elaborando teorías de amplio alcance para comprenderlos, y que se desentiendan de las posibles aplicaciones prácticas, que se pueda dar a sus resultados.
Ciencias aplicadas: concentran su atención en llevar a la práctica las teorías generales y destinan sus esfuerzos a resolver las necesidades que se plantean la sociedad y los hombres. Ingeniería mecánica, electrónica, etc. No hay ciencias aplicadas que no tengan detrás suyo un conjunto sistemático de conocimientos teóricos puros, y casi todas las ciencias puras son aplicadas constantemente a la resolución de dificultades concretas.
Entre ciencias puras y aplicadas existe una interrelación dinámica, de tal modo que los adelantos puros nutren y permiten el desarrollo de las aplicaciones, mientras que estas se someten a pruebas y permiten revisar diariamente la actividad y los logros de las ciencias puras proponiéndose también nuevos desafíos.

Pardo.
Cuando utilizamos el término ciencia en el sentido acotado reducimos el concepto a su significado moderno y restringimos su alcance a lo que para nosotros hay y desde la modernidad es considerado científico.
Si lo usamos en un sentido amplio, se refiere al conocimiento que es considerado sólido en una época determinada. Es posible hablar de distintas concepciones históricas de saber, o modelos epocales de conocimiento. A estos modelos Pardo los denomina Paradigmas, y señala que podemos identificar al menos tres paradigmas, que se han dado a lo largo de la historia del conocimiento en occidente.
Paradigma Premoderno: abarca la antigüedad y la edad media (Siglo VI a.C / XV d.C). Del mundo griego (antigüedad) vale decir que es fundacional, da origen, funda la cultura occidental y da inicio al proyecto racionalista y luego ilustrado. El concepto clave es el logos, discurso explicativo y demostrativo, al que se contraponía mythos (discurso que se narraba sin necesidad alguna de demostración).
Tanto logos como mythos aluden a palabra, lenguaje, la del mito sin que sea necesario determinar su origen, ni conformarla, en cambio el logos descansa en fundamentos.
El saber científico pertenece al logos en tanto es discurso demostrativo, racionalidad fundada en principios lógicos, y en ella reside también el que quizás sea el gesto más propio y originario de nuestra cultura. La exaltación de una forma de lenguaje y de racionalidad (científica) sobre la base de la creencia en la plena racionalidad de la realidad.
Existe otra oposición a partir de la cual es posible rastrear con mayo precisión el origen de nuestro actual concepto de ciencia, es entre Doxa y Episteme, esta no es otra que la diferencia entre la mera opinión y el saber científico.
Doxa: (opinión) se obtiene espontáneamente, es asistemáticos, es un saber no fundamentado, es acrítico y se mueve en el ámbito de la verosimilitud.
Episteme: (saber) requiere esfuerzo y reflexión, es sistemático, es un saber fundamentado, es crítico y pretende instalarse en la verdad.
Frente al modo de comprender la realidad y el conocimiento centrados en logos y episteme, el mundo de la edad media aporta todo lo derivado de la concepción cristiana de la vida.
Comprensión científica del mundo.
Geocentrismo: se considera la tierra como el centro del universo.
Orden jerárquico: se concibe al universo como una escala de jerarquía de elementos que van desde la perfección a lo más imperfecto.
Orden teleológico: se piensa que el universo tiende hacia un fin (telos).
Finitud del espacio: se cree en un universo cerrado y finito, con límites.
La ciencia, como un saber referido exclusivamente a la experiencia, tal como hoy lo sostenemos, es un invento moderno.
El saber empírico se tenía por conocimiento estricto, pero no supremo, esto quiere decir que tanto para los antiguos como para los medievales este tipo de conocimiento no representaba EL conocimiento superior.
Paradigma moderno: surge a partir de la revolución científica de los siglos XVI y XVII, y se extiende hasta la primera mitad del siglo XX.
Se comienza a producir una constante y cada vez más compleja separación de esferas o ámbitos dentro de la cultura y la sociedad.
El núcleo de orientación de la cultura moderna será la resolución de aquellos problemas prácticos-técnicos originados por los cambios sociales que tuvieron lugar a partir de la aparición de la burguesía.
La esencia de la modernidad de una racionalidad plena. Esto conlleva a las siguientes creencias:
  • El mundo posee un mundo racional-matemático. Galileo dice que la naturaleza está escrita en caracteres matemáticos, y esa es la clave interpretativa acerca de la realidad. Los comienzos de la modernidad constituyen un verdadero “renacimiento” del espíritu de la antigüedad clásica respecto de la edad media que arraigaba su interpretación del mundo con el suelo teológico.
  • Se caracteriza también por el surgimiento de una confianza absoluta en el poder de la razón. Así la razón moderna es, en sus inicios, determinación de los primero principios que rigen al mundo (dicta fines y valores), luego deviene mero cálculo de medios (para alcanzar un fin dado) y en su última transformación reduce a control práctico o manipulación (vale decir técnica).
  • El proyecto moderno de una racionalización plena de la realidad, conlleva otros dos ideales: el de alcanzar un conocimiento universal y necesario del mundo, y, a la vez, el de lograr la formulación de una ética de validez universal.
  • Otro de los ideales es la creencia en el progreso social como consecuencia inexorable del desarrollo de la ciencia, esto supone que el progresivo despliegue y avance del conocimiento científico se traslade a toda la sociedad, dando lugar a un orden social y más justo.
    a partir de lo dicho se puede entender que recién desde aquí nace la idea de la ciencia como conocimiento superior, de la ciencia como modelo de conocimiento.
Desde la modernidad “razón” y “verdad” son pensadas casi como sinónimos de “razón científica” y de “verdad científica”. Y es así como la racionalidad es pensada como la racionalidad propia de la ciencia.
Paradigma actual: Se constituye en este último siglo (XX), en este paradigma, varios de los rasgos presentados en la modernidad han caído en desuso por no creer más en ellos.
Debemos ver en esta postmodernidad un proceso de fragmentación del sentido que se despliega en los siguientes puntos:
  • Caída de los ideales de conocimientos de la modernidad. En nuestra cultura actual se cuestiona o directamente se rechaza la idea de la verdad sostenida por la filosofía moderna. Se dice “no hay verdades universales, necesarias ni definitivas, sino más bien, verdades provisorias y contingentes”. Toda composición de la realidad comporta cierta dimensión de interpretación, de perspectiva.
  • Crítica y rechazo de los ideales éticos y del proceso social, inherentes a la modernidad. No solo se descree de las grandilocuentes construcciones teóricas del pensamiento moderno, sino también de la posibilidad de acceder por medio de ellas a un “progreso social”
  • Algunos cuestionamientos a la ciencia y al cientificismo. Recibe críticas, tanto al desarrollo absolutamente ilimitado de la ciencia, cuanto a la desmesurada adoración a ella, lo que da lugar a una reducción de la razón a mera racionalidad científica. Lo primero se funda en el descubrimiento del “reverso” de esa suerte de “moneda” que es el devenir de la investigación científica. Una de sus caras estaría constituida por sus efectos liberadores y positivos, mientras que en la otra se dibujarían los residuos indeseables de tal desarrollo.
    la postmodernidad inaugura un tiempo en el cual se cierra el supuesto incuestionado de la esencial bondad del conocimiento científico.
Proyecto filosófico de la modernidad: razón, verdad y objetividad.
Desde los últimos siglos de la edad media se inicia un proceso de secularización a través del cual se constituye la ciencia moderna. Desde los siglos XIV hasta el XIX, se fue forjando un concepto de razón y una concepción del conocimiento que caracterizan lo que hoy en día, entendemos por ciencia. La esencia del proyecto científico de la modernidad se encuentra en el a priori matemático de su composición de la realidad. Aquello que fundamenta y dota de significado las características, es que la ciencia moderna se funda en una precomprensión de l sentido de la realidad en términos de aquello que puede ser calculado y medido. Lo real será lo “calculable”.
El carácter empírico de la ciencia moderna sólo puede ser entendido a partir de un a priori, el de lo matemático, en tanto suelo en el que arraiga y crece el proyecto de conocimiento y de razón de la modernidad.
Hay que agregar que a la ciencia moderna le es inherente una consideración de la naturaleza al mundo de un objeto de cálculo.
La physis de la que hablaban los griegos, el mundo en tanto “creación” propia de los medievales, se convierten ahora en objetun. Esto es, en algo “puesto” o arrojado allí, para un subjetun, el hombre, cuya función será la de calcularla, para luego disponer de ella y mediante control y manipulación transformarla en recurso, en material disponible. Así, el proyecto moderno de una racionalización total de la realidad deviene en programa de dominio tecnológico.
El segundo término, comporta además la conversión del hombre en sujeto de tal proceso y de la naturaleza en objeto.
Por último, el proyecto de razón propio de la modernidad, conlleva una idea de racionalidad ligada a la posibilidad de determinar las conductas éticamente buenas, en la medida en que se creía capaz de señalar los bienes (fines y valores) que deben guiar el obrar del hombre. Pero esto duró poco, porque el proyecto filosófico-científico de la modernidad hizo devenir esa razón todopoderosa en meda razón calculante, en un mero ejercicio de cálculo de los medios más adecuados para alcanzar fines dados. Cuando esa racionalidad pierde su poder de determinación de los fines, se conforma con ser un puro procedimiento formal vacío de contenido. Puede decirse que la RAZÓN MODERNA viene a terminar en mera TÉCNICA.

1 comentario:

Silvana Jordán dijo...

hola compañeros, muy interesante el material subido en el blog!!! Soy de 1r. año y quisiera consultar si es el contenido de los cuadernillos que dan las cátedras o desgrabaciones o resúmenes de libros? muchas gracias!!!